29 marzo 2007

Peatonalización y especulación en La Laguna: entre el hecho y el cohecho






Que los ciudadanos europeos debieran venir a paraísos fiscales y bananeros como Canarias para saber lo qué realmente se está haciendo con los impuestos que pagan a través de iniciativas como los Fondos FEDER no es sólo un frase hecha sino cada vez más es más una obligación moral para el buen funcionamiento de las instituciones que, normalmente, nunca son democráticas. El cabildo de Tenerife y el ayuntamiento de La Laguna destinan mucha de esta pasta gansa, que nunca ha tenido un mínimo de control democrático, a que empresas como Acciona hagan chapuzas y generen comisiones oscuras como la de la peatonalización del Casco Histórico de San Cristóbal de La Laguna.
Desde hace unos meses, ahora que se acercan las elecciones, al cabildo que es capaz de gastarse 360 millones de euros en un tranvía que pagaremos durante 40 años le ha dado por decir todo lo que han hecho en lo que llaman eufemísticamente zonas comerciales abiertas y que no son más que pelotazos urbanísticos en primera regla. Concretamente en el casco lagunero se han acabado haciendo calles para coches donde a veces no pueden ni circular peatones o sí lo hacen es arriesgándose a que les echen un coche encima por el mal humor de la gente que trata de mover sus vehículos en una de las áreas más densamente saturadas de tráfico de todo el país. El trozo que va desde Herradores con Avenida de la Trinidad hasta el cruce con calle Barcelona y Plaza de San Cristóbal es de una auténtica vergüenza. En todas las calles que se han ido remodelando sin ningún tipo de lógica, más que la económica de alguna oficina situada en Madrid de la empresa Acciona que es la que diseña estos planes y no ningún técnico del ayuntamiento porque me consta que no los hay, pueden pasar los coches que les dé la gana. Y lo peor, sin ningún tipo de control y aún no siendo residentes: la gente no sólo es tan brutalmente cómoda que serían capaz de llevarse el coche hasta debajo de la cama sí pudieran porque aquí se carece como norma de educación vial sino que también la policía que debería de vigilar estos accesos está completamente sobrepasada porque en el municipio hay centenares de kilómetros de vía y no es cuestión de vigilar sólo el casco. Una forma de controlar este disparate sería a través de sistemas de vigilancia electrónica que en La Laguna se sustituyen por el ojo avisor de los sufridos peatones que nos la jugamos a que nos echen un coche encima. Una cosa así en Alemania, el mayor contribuyente neto de la Unión Europea, sería impensable que pasara porque los responsables de que esto pudiera suceder estarían en la cárcel por mal uso de los fondos públicos.
Personajes con Ana Oramas alcaldesa, Fernando Clavijo concejal de seguridad o Blanca Pérez concejala del plan Urban han presentado estos día un vomitivo folleto compuesto exclusivamente de fotos y falsos eslóganes que no sólo ocultan la tremenda especulación a la que está sometido el casco del municipio sino que mienten y engañan a la ciudadanía llegando hasta insultar a la inteligencia. La consigna de coalición canaria Hecho en Canarias cada día tiene más que ver con otra que sería Cohecho en Canarias. Sin embargo esto es la república bananera de Canarias y no Alemania, ni cualquier otro país civilizado, y esta gente que debería estar apartada de sus puestos no sólo no lo está sino que los ocupan con completa impunidad. Una autora intelectual de esta basura que han impreso y baza fundamental de la campaña en los barrios es Blanca Pérez que buscará a los estómagos agradecidos en las comelonas de barrio para que se sumen a coalición en votos este 27 de mayo. Yo hace tiempo que no la creo: en la facultad decía que había acabado la carrera cuando en realidad dejó a mitad sus estudios; antes era militante comunista y ahora gobierna con uno de los partidos más oportunistas y corruptos que han existido nunca como CC aunque hayan comprado las siglas de PNC para el futuro. Claro está que tiene buena maestra: la familia de Ana Oramas contribuyó a que despareciera el primer tranvía en Tenerife porque tenían intereses empresariales en las primeras guaguas que llegaron a la isla como ahora quieren que el tranvía de la Alstom compitan con las actuales guaguas que cada vez están peor. En algo beneficiará este acto a su familia política. Un ejemplo que demuestra esta poca inclinación a la democracia que tiene esta gente es que están haciendo desaparecer las farolas fernandinas que llevaban más de 20 años en el casco, y que en muchos casos eran usadas como símbolos de la ciudad por otras que sería de ley investigar a quién o quiénes va el dinero de estos contratos. Lo peor del caso no es que hayan quitado un tipo farola para poner otra, que hasta esto puede ser bueno y consensuado, sino que lo han hecho de manera autoritaria y despreciando las miles de firmas que se recogieron en el municipio de gente que estaba disgustada con este cambio. Nosotros como ciudadanos estamos más capacitados en todo que ustedes como políticos de profesión. ¡Reconózcanlo de una jodida vez! Y que el 27 de mayo no nos den la blanca otra vez.
Las fotografías que aparecen arriba demuestran lo poco que importa el peatón en La Laguna que se está construyendo para especular.